Inmab.
01 de marzo 2024
La Asociación Mundial Veterinaria (WVA) ha emitido una declaración(1) sobre la problemática de la agresividad inapropiada en perros, señalando su impacto tanto en la seguridad humana como en el bienestar animal.
Dicha declaración aborda la problemática de los perros agresivos inapropiadamente con un enfoque multifacético que pone énfasis en la educación, la responsabilidad del propietario y la necesidad de una legislación efectiva. La WVA identifica la educación de los dueños de perros como la acción más importante para reducir la incidencia de agresión canina. Los veterinarios desempeñan un papel esencial al ofrecer asesoramiento adecuado sobre la selección de la raza más adecuada a las necesidades de los futuros dueños, promoviendo la socialización temprana de los cachorros con humanos y otros perros, y subrayando la importancia del entrenamiento continuo en obediencia.
La WVA insta a los veterinarios a tomar la iniciativa en casos donde se observen comportamientos agresivos inapropiados desde una etapa temprana, ya que la intervención precoz es clave para lograr resultados positivos y minimizar los riesgos. Cuando se identifican comportamientos agresivos inapropiados en cualquier perro, el veterinario debe concienciar al dueño sobre el problema y comunicar posibles recomendaciones de tratamiento, que podrían incluir gestión y prevención, modificación del comportamiento mediante entrenamiento y terapia farmacológica cuando sea necesario. En algunos casos, puede ser necesario remitir al dueño y su mascota a un especialista en comportamiento veterinario para abordar problemas tempranos o continuos.
Es de vital importancia que los veterinarios aseguren que los criadores y propietarios de perros comprendan las causas de la agresión inapropiada en perros, incluyendo factores genéticos/hereditarios, ambientales y condiciones médicas/enfermedades. Esto subraya la complejidad del problema y la necesidad de un enfoque holístico para su manejo.
En términos de responsabilidad del propietario, la WVA enfatiza que los dueños de perros deben entrenar a sus mascotas utilizando técnicas aceptables y métodos de restricción humanitarios y apropiados para garantizar la seguridad pública. La incidencia de mordeduras de perro se reduce significativamente cuando a los animales no se les permite vagar sin supervisión. La identificación permanente de los perros se promueve para facilitar la localización de los propietarios en caso de que un perro muestre agresión inapropiada hacia una persona u otro animal.
En cuanto a la legislación, la WVA reconoce que diversos países han implementado estrategias legislativas para intentar controlar los perros agresivos inapropiadamente. Sin embargo, señala que no hay evidencia que sugiera que la legislación específica de raza sea efectiva. Este tipo de legislación se ha demostrado difícil de aplicar debido a problemas relacionados con la definición precisa e identificación de razas. La WVA argumenta que no se han identificado criterios que determinen qué perros se volverán peligrosos basados en la raza o parámetros físicos diversos.
La WVA propone que la legislación destinada a ofrecer protección contra perros agresivos inapropiadamente debería considerar restricciones de movimiento público para estos perros, uso de bozales humanos, modificación del comportamiento y entrenamiento tanto para perros como para dueños.
También sugiere la reubicación del perro agresivo inapropiadamente a un entorno donde su comportamiento no represente una amenaza para humanos u otros animales, la descalificación de los propietarios de perros peligrosos de la futura propiedad de perros, la confiscación de perros con agresión inapropiada de propietarios que son incapaces o no están dispuestos a controlar a los animales, y la designación de cualquier perro identificado como peligroso como no apto para adopción.
La incautación de perros que demuestren comportamientos agresivos inadecuados de aquellos propietarios que, por falta de voluntad o capacidad, no logran gestionar adecuadamente a sus mascotas, es una medida necesaria.
Dichos canes deben ser transferidos a entidades autorizadas para ser sometidos a una valoración y, de ser posible, a un proceso de reeducación. En casos donde la reeducación no sea viable o no garantice la seguridad, la eutanasia podría ser considerada como última alternativa por un veterinario con las credenciales apropiadas.
La WVA subraya que, aunque la agresión es parte del repertorio normal de comportamiento de un perro, hay momentos en que no se considera apropiada y puede ser peligrosa. Diferencia entre la agresión apropiada, que es un comportamiento normal que puede exhibirse cuando un perro percibe un peligro significativo o una amenaza, y la agresión inapropiada, que consiste en una secuencia de comportamiento alterada (por ejemplo, sin advertencia previa a la mordida, sin liberación de la mordida, advertencia y mordida sin una pausa entre ambos eventos, etc.).
En resumen, la declaración de la WVA ofrece un marco integral para abordar la agresión canina inapropiada, centrado en la educación y concienciación, la responsabilidad del propietario y la implementación de legislaciones efectivas. Este enfoque busca no solo mejorar el bienestar de los animales y la seguridad pública, sino también promover una convivencia más armoniosa entre humanos y animales de compañía.
Enlace a la WVA:
1. World Veterinary Association. (28 febrero 2024). Position Statement on Control of Inappropriately Aggressive Dogs. https://worldvet.org/policies/wva-position-statement-on-position-statement-on-control-of-inappropriately-aggressive-dogs/
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