En este episodio de Ecos de Conciencia, nos adentramos en una problemática crucial y muchas veces invisibilizada: los ataques de jaurías de perros a animales de producción. Lo hacemos desde una perspectiva única, al conversar con la comunidad educativa de la Escuela Agropecuaria 725, ubicada en Sarmiento, Chubut, Argentina.
Con nosotros están representantes de esta escuela singular, un espacio dedicado a la formación agropecuaria de jóvenes estudiantes. En la entrevista participan la directora de la institución, María Girón; la jefa de la sección de producción ovina, Karina Sandoval; dos estudiantes recientemente egresados, Santino y Agustín; y el veterinario jubilado Óscar Jensen, quien dedicó 36 años a la enseñanza en esta escuela y fue el impulsor de su producción ovina.
Durante nuestra charla, exploramos no solo los impactos directos de estos ataques, sino también las profundas implicaciones emocionales, económicas y sociales para los estudiantes, docentes y productores locales. Es un honor poder conocer y compartir las vivencias de quienes, desde la formación y la acción, enfrentan estos desafíos con entereza y creatividad.
¿Qué es exactamente una escuela agropecuaria y qué hace?
María Girón (MG): En pocas palabras, una escuela agropecuaria es una institución de nivel secundario (o nivel medio, como se dice en España) que abarca estudiantes desde los 12 hasta los 18 o 19 años y tiene una duración de 7 años. A diferencia de una secundaria común, los estudiantes aquí no solo cursan materias generales como lengua, matemáticas o historia, sino también asignaturas especializadas en producción agropecuaria. Además, cuentan con una carga horaria considerable dedicada a prácticas en espacios propios de producción.
Al finalizar su formación, los estudiantes obtienen el título de Técnicos en Producción Agropecuaria. Durante esos 7 años, van adquiriendo conocimientos, competencias, destrezas y experiencias que los preparan para desempeñarse en este campo. Somos afortunados porque no todas las escuelas agropecuarias cuentan con la diversidad de producciones que tenemos aquí, incluyendo un modelo completo del sector ovino, que es el que nos reúne hoy.
Karina Sandoval (KS): En nuestra escuela, los estudiantes no solo aprenden teoría, sino que tienen la oportunidad de aplicarla en la práctica dentro del establecimiento. Contamos con diversas áreas de producción donde los alumnos pueden formarse, como los sectores bovino, porcino, cunicultura, apicultura, horticultura, fruticultura y viveros. Es un abanico productivo muy amplio que nos permite brindarles una formación integral. Además, somos la única escuela agropecuaria en la localidad de Sarmiento, lo que refuerza nuestro compromiso con la comunidad y la educación especializada.
¿El ganado ovino es el más afectado por esta problemática de ataques de jaurías de perros?
KS: Sí, es el más complicado, aunque no el único. También hemos tenido casos de mortandad de conejos y aves debido a ataques. Sin embargo, la oveja suele ser la víctima más afectada. Esto se debe a su nobleza y templanza; no reacciona frente a los ataques, lo que la hace más vulnerable.
Óscar Jensen (OJ): En el valle de Sarmiento, la producción ovina enfrenta tres grandes debilidades. La primera es un parásito llamado Saguaypé, una zoonosis conocida como distomatosis, que afecta a las ovejas y puede ser mortal. En la escuela hemos logrado controlarlo mediante un manejo adecuado de las pasturas y el agua.
La segunda debilidad es el robo de ganado, ya que estamos muy cerca del pueblo. Durante años, los amantes de lo ajeno robaban corderos y ovejas, pero implementamos medidas como galpones, corrales y vigilancia para minimizar este problema.
Sin embargo, la tercera debilidad, y la más persistente, son los ataques de perros. Este problema es muy complejo, porque no hablamos de perros callejeros, sino de animales con dueños. Son perros que duermen en las casas, comen de la mano de sus cuidadores y, aun así, salen a los callejones y terminan atacando a nuestras ovejas. Este es el desafío que no hemos logrado eliminar, aunque seguimos trabajando para controlarlo.
¿Desde cuándo ocurren estos ataques y cuál es su impacto en la comunidad educativa?
MG: Creo que Óscar, quién fue el primer profesor de la sección ovina, es el más indicado para responder esta pregunta. Nosotros lo apoyamos.
OJ: Estas tres debilidades que enfrentamos —los parásitos, el robo de ganado y los ataques de perros— comenzaron cuando se creó la sección ovina en la escuela agropecuaria, hace 36, casi 40 años. Ya en 1987 tuvimos los primeros ataques por perros, aunque en aquel entonces fueron leves. Los docentes y directivos renovaban constantemente las fuerzas para continuar trabajando con ovejas, pese a los desafíos.
Nuestra escuela está ubicada en la meseta patagónica, rodeada de campos dedicados a la producción ovina. Nuestros estudiantes provienen, en su mayoría, de familias vinculadas a este sector, lo que refuerza la importancia de mantener esta enseñanza. Por eso, dejar de tener ovejas siempre nos ha parecido casi un sinsentido, a pesar de las dificultades.
El impacto de los ataques es muy profundo. Los corderos suelen nacer en primavera, y es precisamente en esta estación y en verano cuando se registran los ataques. Imagínese el vínculo tan directo que los alumnos establecen con las ovejas y los corderos, al cuidarlos, amamantarlos o asistir en los partos. Cuando los estudiantes regresan al día siguiente y encuentran a esos mismos animales muertos o gravemente heridos por perros, tienen que enfrentarse a la difícil tarea de curarlos, coser heridas e incluso lidiar con pérdidas irreparables. Esto tiene un impacto emocional enorme en jóvenes adolescentes.
En más de una ocasión nos hemos preguntado si realmente vale la pena seguir insistiendo con esta actividad. Por un lado, sabemos que es algo sumamente importante para su aprendizaje y formación. Por otro, nos preguntamos si es necesario exponer a los alumnos a este tipo de experiencias tan duras, que traen consigo tristezas y desilusiones, además de las enseñanzas.
¿Qué sienten los estudiantes ante esta situación?
Agustín (A): Como mencionaba el profesor Óscar, en sexto año es cuando más tiempo pasamos trabajando con las ovejas, tanto en la escuela como en la chakra. Es un período en el que compartimos mucho con los animales y con el entorno de la escuela, lo que intensifica el vínculo. Aunque comenzamos a relacionarnos con las ovejas en años anteriores, es en estos últimos años cuando ese cariño se potencia.
Santino (S): Estoy de acuerdo con Agustín. En nuestro caso, por ejemplo, no crecimos en un campo, como sí lo hicieron algunos de nuestros compañeros, pero trabajar a diario durante años con las ovejas nos llevó a desarrollar un cariño inmenso. El sector ovino es uno de los que más sentimiento nos genera dentro de la escuela, incluso sin haber tenido contacto previo con estos animales. Es uno de los sectores que más nos marcó y al que más afecto le tenemos.
A: En sexto año, cuando cursábamos la materia de ovinos, sufrimos un ataque a las ovejas. Fue un momento muy triste, porque ver a los animales heridos o sufriendo es algo que nos afecta profundamente. Algunos lo llevan peor que otros, pero la tristeza es inevitable. Sin embargo, también se genera algo positivo: el amor por la tarea agropecuaria. En esos momentos, tanto alumnos, exalumnos como exprofesores nos unimos para cuidar a las ovejas, curarlas y hacer lo posible por recuperarlas tras el ataque. Ese sentimiento de comunidad y esfuerzo compartido es muy valioso.
¿Cómo gestionan los profesores y estudiantes el impacto emocional de estas situaciones?
(Nota: Al final de esta entrevista incluiremos un enlace para visualizar imágenes que ilustran esta problemática, mostrando el impacto de estos ataques y ayudando a comprender mejor la situación. Advertencia: las imágenes pueden herir la sensibilidad de algunas personas.)
KS: Para nosotros, como para los estudiantes, estas situaciones son traumáticas. Estamos involucrados diariamente en el cuidado de los animales, desde que las ovejas son servidas hasta que paren a sus corderos, y acompañamos todo el proceso de crianza. Vivimos muy de cerca cada etapa, así que cuando enfrentamos ataques como estos, el impacto es igual de grande para nosotros. Lo que solemos hacer es contenernos unos a otros y enfrentar la situación lo mejor posible: curamos a las ovejas, las atendemos y tratamos de estar ahí el mayor tiempo posible, turnándonos para cuidarlas. Pero, sin duda, es una experiencia muy dura para todos.
MG: Lo único positivo que podemos destacar en medio de estos momentos tan tristes es la unión que se genera entre todos. Nos fortalecemos en conjunto para afrontar la situación. Además, como equipo directivo, llevamos adelante las gestiones legales: realizamos denuncias ante las autoridades, intentamos rastrear a los responsables —los tenedores de los perros que ocasionaron el daño—, y colaboramos con las investigaciones necesarias.
KS: A pesar de todo, sentimos mucha impotencia y enojo, porque no encontramos una solución definitiva. Sabemos que estos ataques pueden volver a ocurrir, y eso nos mantiene constantemente en alerta. Es una preocupación constante dentro de la escuela.
MG: Como educadores, además de actuar tras los ataques, tenemos la responsabilidad de educar en tenencia responsable de mascotas. Es un trabajo continuo, día tras día, en el que buscamos que nuestros estudiantes se conviertan en replicadores de este mensaje en la comunidad. Es una parte esencial de nuestra función.
A: En la escuela aprendemos mucho sobre la responsabilidad que implica ser un productor, no solo en términos del cuidado de los animales, sino también de cómo manejar situaciones como estos ataques. También aprendemos qué medidas no debemos tomar, porque, en la impotencia del momento, es fácil dejarse llevar y actuar de formas que no son correctas. Esto nos enseña a reflexionar y actuar con responsabilidad, tanto en la producción como al enfrentar desafíos como estos.
¿A qué se refieren cuando mencionan respuestas impulsadas por el enojo que luego se reconsideran?
A: Son muchas las cosas que pasan por la cabeza en esos momentos, aunque no siempre se llevan a cabo. Sin embargo, hay reclamos que sentimos que debíamos hacer. En nuestro caso, usamos nuestro medio, que era la radio, para tratar de exponer la problemática y hacer consciente al público de lo que estábamos viviendo.
Por ejemplo, a través de la radio, comunicábamos el daño que sufrían las ovejas, el enojo que nos generaba y la tristeza de enfrentar esa realidad. Esa fue nuestra forma de intentar concientizar a la comunidad en Sarmiento sobre el impacto de estos ataques. Creo que gracias a eso es que se conoció más sobre lo que estábamos atravesando.
¿Por qué es importante transmitir el impacto emocional y las consecuencias de estos ataques?
OJ: Es importante mencionar que esta entrevista, así como la conexión con la Organización Internacional a la que pertenece Rosa, surgió precisamente a raíz del último ataque que sufrimos hace un año. Ese ataque fue documentado en nuestro anuario y en una nota que escribimos junto con el profesor Rubén Batistina. Esto permitió que nuestra historia llegara a más personas y que hoy estemos aquí compartiéndola con ustedes.
S: Creo que lo fundamental es que las personas que no están involucradas directamente en la producción ovina puedan ponerse en los zapatos del productor. Si no lo hacen, es muy difícil que lleguen a entender el verdadero daño que estos ataques causan. Es imprescindible que toda la comunidad sepa lo que ocurre y tome conciencia del impacto que esto tiene en quienes trabajamos con los animales.
A: Sumando a lo que dice Santino, creo que lograr que alguien se ponga en los zapatos del productor es uno de los mayores desafíos. Muchas personas ven estas noticias y las pasan por alto, sin darse cuenta de que el perro que protagoniza un ataque podría ser el suyo, y quizás nunca se enteran. Para nosotros, es una tarea muy difícil comunicar este problema y hacer que la comunidad entienda su magnitud.
MG: Como institución, también somos víctimas de esta problemática. Esto genera mucha bronca, tanto en los estudiantes como en los docentes. A nosotros nos cuesta mucho enseñar a nuestros alumnos y compañeros las maneras políticamente correctas de actuar ante estas situaciones y de buscar soluciones. Por naturaleza, los productores suelen reaccionar de formas que no siempre son las que promovemos desde nuestra institución educativa, donde abogamos por una resolución pacífica y diplomática.
OJ: Esto crea una especie de discordia entre el productor damnificado y el dueño del perro responsable del ataque. En la escuela trabajamos con técnicas que buscan proteger a nuestros animales sin dañar a los perros que puedan acercarse a la institución. Es un desafío difícil porque la reacción práctica del productor no siempre coincide con lo que enseñamos en la escuela. Sin embargo, seguimos promoviendo soluciones pacíficas y responsables.
¿Cómo protegen a los animales ante estos ataques?
KS: En la escuela, lo que hacemos para proteger a las ovejas es encerrarlas al caer la tarde, dejándolas bajo techo o en un corral donde estén más resguardadas. Los productores de la zona suelen aplicar esta misma práctica en sus chakras. Sin embargo, esto no siempre es suficiente.
¿Por qué no es suficiente?
KS: Porque los perros logran entrar de todas formas. Escarban bajo los cercos o buscan maneras de superar las barreras. Cuando un perro entra en modo de ataque, no actúa como el animal dócil que normalmente conocemos; su instinto de depredador lo impulsa a llegar hasta su presa a cualquier costo. Esto hace que los ataques sean difíciles de prevenir, incluso con medidas de resguardo.
¿Cómo se aborda el bienestar animal, particularmente en relación con los ataques al ganado ovino?
MG: Creo que Óscar es quién puede explicar mejor cómo se vinculan estos ataques con el bienestar de las ovejas y la problemática que enfrentamos para protegerlas.
OJ: Lo que pedimos como escuela y como productores es algo simple: que los tenedores de perros sean responsables. Según la ordenanza municipal de control de la población canina, los perros no pueden circular libremente por las calles, callejones o espacios públicos de nuestra localidad. Es algo fácil de entender, pero, lamentablemente, muy difícil de cumplir.
También pedimos al municipio que haga cumplir esta normativa para proteger tanto a los tenedores responsables, que son la mayoría, como a la comunidad. Los pocos dueños irresponsables que dejan a sus perros sueltos —de día y de noche— son los que causan estos problemas. Además, la ordenanza incluye medidas como la identificación y registro de los animales, el control del hábitat, campañas de control de natalidad, y la educación sanitaria. Aunque se han hecho esfuerzos, como poner un sereno en la escuela en 2018 o construir un cerco perimetral recientemente, estas medidas no son suficientes si no se trabaja en la raíz del problema: la tenencia irresponsable.
MG: Es cierto que el cerco perimetral fue un avance importante. Lo logramos tras un ataque muy mediático ocurrido el 1 de enero de 2024, con apoyo de una fundación panamericana y el municipio. Este cerco, de 1,70 metros de altura y con una base de hormigón para evitar que los perros escarben, nos ha ayudado a proteger a las ovejas durante la noche. Sin embargo, durante el día, los animales deben salir a pastar, y ahí seguimos enfrentándonos a los mismos riesgos. Por ejemplo, hace poco Karina encontró perros dentro de la chakra mientras trabajaba.
KS: Así es, el cerco nos ayuda en la noche, pero durante el día seguimos teniendo problemas. Los perros siguen entrando, y si no estamos presentes en el momento, podría ocurrir otro ataque. Es una constante estar corriendo o sacando perros de la chakra.
MG: Lamentablemente, la tenencia irresponsable sigue siendo demasiado común, y las autoridades locales, por diversas razones, no logran poner un alto definitivo a esta situación. Esto nos mantiene en un estado constante de alerta.
El problema persiste: ¿cuál es el impacto real de estas medidas en la raíz del conflicto?
MG: El problema de base sigue siendo la tenencia irresponsable. Algo que mencionaste, y que es importante destacar, es cómo a menudo se prioriza el bienestar del perro sobre el de las ovejas. Muchas de las medidas que se toman, tanto a nivel político como social, tienden a proteger al can, pero no al productor. Esto genera un gran malestar entre quienes dependen de la producción ovina, ya que se sienten desamparados por las autoridades, quienes deberían contemplar también el bienestar del ganado.
KS: Esto condiciona enormemente la producción en el valle de Sarmiento, que cuenta con pasturas naturales ideales para la cría de ovejas. Muchos productores han optado por dejar de criar ganado ovino porque enfrentarse a esta problemática cada día los lleva a pensar que no vale la pena continuar. Incluso aquellos que siguen luchando, como Óscar, lo hacen con muchas dificultades. Es una batalla constante que, cuando sufres un ataque, te hace sentir que no hay solución y te desanima completamente.
OJ: Este no es un problema exclusivo de la escuela agraria, sino de todo el valle. Hace algunos años, realizamos una encuesta en la que entrevistamos al 30 o 40% de los productores locales para caracterizar la predación ovina por perros domésticos. Encontramos que el 80% de los entrevistados habían sufrido ataques en los últimos meses. En 2019, por ejemplo, se registró la pérdida de 650 ovejas a causa de ataques, de las cuales 40 corderos y 15 ovejas pertenecían a la escuela.
Las soluciones implementadas por el municipio, como la contratación de un sereno o el cerco perimetral de nuestra escuela, son medidas que ayudan, pero son inviables para los pequeños productores. Estas soluciones no son replicables a nivel general, dejando a la mayoría de los productores sin herramientas para proteger a sus rebaños.
¿Cómo enfrentan el momento de decidir sobre la eutanasia en casos tan graves?
KS: Esas situaciones son muy traumáticas. Encontrar ovejas destrozadas pero aún vivas es especialmente difícil porque, aunque estén gravemente heridas, la oveja tiene una fortaleza enorme y sigue luchando por sobrevivir. Sin embargo, a veces sabemos que no va a sobrevivir y que solo va a sufrir durante horas o incluso días. En esos casos, debemos tomar la difícil decisión de practicar la eutanasia para evitar un sufrimiento mayor. Es una experiencia muy dura de manejar.
¿Merece la pena seguir con esta actividad, dadas las dificultades que enfrentan?
KS: Desde el sector educativo no queremos bajar los brazos. Consideramos que esta es una parte fundamental de la educación agropecuaria, a pesar de las condicionantes. Contamos con herramientas como un sereno, cámaras de vigilancia y el cerco perimetral, que nos ayudan a continuar. Sin embargo, es trágico pensar en los productores de Sarmiento que enfrentan las mismas situaciones y no tienen acceso a estos recursos ni el dinero para invertir en ellos. Muchas veces, terminan desistiendo de la crianza ovina.
MG: Como institución educativa, creemos firmemente que sí vale la pena continuar. No solo seguimos apostando por la producción ovina, sino que buscamos convertirnos en un modelo que inspire y proporcione estrategias replicables para los productores. Es cierto que nuestras condiciones no son las mismas que las de todos, pero podemos aprovechar este modelo para generar conocimiento útil para la comunidad. Esto refuerza nuestra misión como escuela y nuestro compromiso con la educación agropecuaria.
¿Qué opinan ustedes, como alumnos egresados, sobre la reflexión de sus profesoras respecto al valor de continuar con este modelo?
A: Desde nuestra perspectiva como egresados, creemos que la escuela está haciendo lo correcto al no bajar los brazos y seguir con la producción ovina. Durante nuestro paso por el sector ovino, aprendimos muchísimo. Es un área muy bien organizada y, sinceramente, una de las mejores que tiene la escuela. Nos gustaría que continúe porque el aprendizaje que ofrece es increíble. En nuestro caso, tuvimos a Karina como profesora en el sector de rumiantes, y ella sabe mejor que nadie todo lo que aprendimos ese año. Es un sector que merece ser preservado.
S: Además, algo importante es el privilegio de tener la producción ovina a solo unos pasos del edificio de la escuela, ya que la chacra está pegada al colegio. Tener algo así tan accesible no es común, y lo menos que podemos hacer es aprovecharlo al 100%. Por más que ocurran hechos desafortunados, creemos que es fundamental no rendirse y seguir adelante. Es un privilegio que debemos valorar y usar al máximo.
KS: Dentro de esos privilegios está la genética que manejamos en la escuela, que no se encuentra en cualquier lugar. Gracias al doctor Jensen, hemos desarrollado un material genético único con distintas razas: lecheras, carniceras y laneras. Estas razas no solo son modelos para enseñar a los estudiantes, sino que representan un patrimonio valioso que debemos proteger. Somos la única escuela en la provincia de Chubut con este nivel de diversidad genética.
MG: Quiero agregar algo que puede no ser directamente académico, pero es interesante desde el punto de vista de los alumnos. Para un estudiante, especialmente de la edad de Santino y Agustín, es único estar en una clase de lengua, matemáticas o idiomas y poder mirar por la ventana y ver ovejas con sus corderitos jugando en el corral o escapándose juguetonamente. Esto enriquece su vida diaria. Aunque no todos los estudiantes trabajen directamente con las ovejas cada año, forman parte de su entorno cotidiano. No sé si habrá otra escuela en el mundo con estas condiciones, pero estoy segura de que son muy pocas.
¿Qué hace que estudiar en la Escuela Agropecuaria sea un privilegio único?
A: Si alguna vez tiene la oportunidad de visitar nuestra escuela, verá que es algo completamente distinto a cualquier otra institución secundaria, al menos aquí en nuestro pueblo. Estudiar allí es una experiencia que no se puede explicar del todo con palabras. En otras escuelas secundarias, muchas veces uno va sin demasiada motivación, pero cuando llegas a nuestra escuela, el entorno cambia todo. Por ejemplo, al entrar, te encuentras con un patio que parece un parque floral. Esa vista ya afecta de manera positiva tu actitud y tus ganas de aprender. Además, la chakra, con todo lo que ofrece, tiene un encanto especial que le da un valor extra a la experiencia de estudiar allí.
S: Y algo que creo que vale la pena mencionar es que todo esto tiene un nombre en nuestra comunidad: el sentimiento chacarero. Es un término que usamos para describir el amor y la conexión que se forma con nuestra escuela agraria, especialmente cuando trabajamos juntos en momentos difíciles, como después de un ataque. Es un sentimiento muy conocido en la localidad.
A: Sí, pero solo lo comprende quien ha estado allí.
S: Exacto. No puedes tener ese sentimiento chacarero si nunca fuiste a la chacra.
¿Cómo podemos hacer que el "sentimiento chacarero" llegue a más personas y movilice a la comunidad para enfrentar esta problemática?
MG: Participar en entrevistas como esta y compartir nuestras experiencias es una gran forma de llegar a quienes no conocen nuestra escuela ni este sentimiento chacarero. Contagiar lo que sentimos y explicar cómo vivimos esta conexión puede ser una manera efectiva de despertar interés y apoyo en la comunidad.
A: Quiero añadir que una de las soluciones ya la hemos puesto en práctica recientemente: las jornadas de visitas. Es un día en el que invitamos al público de Sarmiento y de los alrededores a conocer la escuela y la chakra. Durante esta jornada, los alumnos de séptimo año guían a los visitantes por los distintos sectores, explicando lo que se produce y cómo se trabaja en áreas como fruticultura, apicultura y los sectores de animales.
Estas visitas permiten que la gente, incluso aquellos que no habían visitado la escuela en años o que nunca la conocieron, vean de cerca todo lo que hacemos. Las respuestas que hemos recibido son muy positivas; muchos visitantes han dicho que esta experiencia les ayudó a entender mejor el sentimiento chacarero. Creo que este tipo de iniciativas son clave para conectar más personas con nuestra realidad.
¿Han considerado salir y compartir su experiencia fuera de la escuela, en lugar de solo invitar a la comunidad a visitarla?
S: Sí, en cierto modo lo hemos hecho a través de la radio. Nuestro programa radial y otros espacios en sintonías diferentes han servido como medios de comunicación para que tanto profesores como alumnos comenten esta problemática. Creo que estas iniciativas ayudan muchísimo a que más personas conozcan lo que vivimos y se involucren.
KS: Además, en Sarmiento contamos con la ordenanza 044/14, que aborda temas relacionados con la tenencia responsable de animales. Es una normativa interesante, con artículos muy útiles que podrían marcar una diferencia si se aplicaran correctamente. Se trabajó mucho para adaptarla a la realidad local, pero el problema es que no se implementa como debería. Creo que trabajar para que esta ordenanza se cumpla sería otra forma efectiva de abordar esta problemática y hacer que nuestra experiencia tenga un impacto más amplio.
¿Por qué existe una brecha entre la teoría y la práctica en la aplicación de la ordenanza 044/14? Yo he leído esta ordenanza porque el Dr. Jensen me la envió, y al revisarla detenidamente, mi impresión como alguien ajeno a este mundo es que, sobre el papel, cubre una gran variedad de temas relevantes y establece medidas claras para actuar en distintos casos. Sin embargo, da la sensación de que hay una brecha entre lo que la teoría propone y lo que ocurre en la realidad. ¿Es eso lo que tú mencionabas, Karina?
KS: Exactamente, lo que mencionas es lo que sucede. Sobre el papel, la ordenanza tiene en cuenta una amplia variedad de situaciones y establece qué medidas tomar ante ciertos casos. Sin embargo, hay una brecha entre lo que la teoría propone y lo que ocurre en la realidad. La sensación es que no se aplica como debería, y eso es lo que limita su efectividad.
OJ: Es interesante mencionar que otro integrante de vuestra asociación, el doctor Leopoldo Estol, participó en la redacción de esta ordenanza. Estoy seguro de que le encantará saber que estamos discutiendo su impacto. ¡Un saludo para él!
Reflexiones finales.
OJ: Como exprofesor de la escuela agraria y productor, lo que le pido a la escuela es que continúe con la enseñanza de la producción ovina. Han logrado superar debilidades importantes como el control del parásito Fasciola hepática y el robo de animales, y ahora, con medidas para minimizar los daños por los perros, tienen la posibilidad de seguir mostrando la producción ovina no solo como una enseñanza valiosa, sino también como un negocio rentable.
MG: Es un compromiso que asumimos plenamente. Me gustaría cerrar con una frase que en nuestra escuela ya es casi un eslogan: ‘Tu perro en tu patio’. Resume perfectamente nuestra visión y el mensaje que queremos transmitir a la comunidad.
S: Nosotros, como egresados, seguiremos concientizando sobre esta problemática, igual que lo hicimos como alumnos. ‘Tu perro en tu patio’ es un mensaje claro y necesario, y seguiremos difundiéndolo.
A: Quiero aprovechar para agradecerle a usted y a su organización por darnos esta oportunidad de compartir nuestra voz. Estoy seguro de que esta entrevista ayudará a fomentar la prevención de estos ataques y a generar más conciencia en la comunidad.
Cierre.
Muchísimas gracias a todos vosotros. Nos quedamos con esa frase tan clara y poderosa: ‘Tu perro en tu patio’. Aprovecho también para comentar que en la descripción de esta entrevista incluiremos el enlace a vuestro perfil de Instagram, donde la gente podrá seguir de cerca todo lo que ya habéis hecho y lo que estáis planificando hacer en el futuro.
Para nosotros ha sido un verdadero privilegio teneros aquí. Esta es una problemática que merece ser visibilizada, y os agradecemos profundamente vuestro tiempo, esfuerzo y honestidad al compartir lo que supone enfrentar estas situaciones: desde los sentimientos y las dudas, hasta la fortaleza y la voluntad de seguir adelante y dar la lucha, como bien decía Karina.
No queremos despedirnos sin desearos unas muy felices fiestas y, sobre todo, que el 2025 sea un año libre de ataques y un punto de inflexión para que las cosas empiecen a cambiar. Muchísimas gracias por todo y felicidades para todos.
Respuesta final de los participantes:
Muchas gracias y felicidades para vosotros también.
Enlaces:
Descargar PDF: Imágenes del Impacto en la Producción Ovina
Advertencia: Este documento contiene imágenes que pueden herir la sensibilidad de algunas personas.
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