Epidemiología de las mordeduras de perros a personas en Uruguay (2010-2020)


Javier Román, Gabriela Willat, José Piaggio, María T. Correa y Juan Pablo Damián (2023)

 

Las mordeduras de perro plantean un desafío significativo para la salud pública, afectando tanto a las víctimas humanas como a los perros agresores, vinculándose con el concepto de One Health (Una Salud). Aunque las estadísticas epidemiológicas han priorizado los países desarrollados, América Latina carece de estudios detallados, especialmente en relación con la edad de las víctimas. 

 

La pandemia de COVID-19 ha exacerbado la importancia de comprender este fenómeno, afectando la salud física y emocional a nivel global. La conexión entre humanos y mascotas, reconocida por su impacto positivo en el bienestar, se ha visto alterada durante la pandemia, con incluso un aumento notable de mordeduras de perro en algunos lugares. 

 

El presente trabajo del Dr. Román, tutorizado por el Dr. Juan Pablo Damián, aborda las lagunas existentes en el conocimiento sobre mordeduras de perro en Uruguay, explorando factores como la temporada, la edad y el sexo de las víctimas, y evaluando cambios antes y después del inicio de la pandemia de COVID-19.

 

Se recopilaron datos epidemiológicos sobre mordeduras de perro en Uruguay entre los años 2010 y 2020. Los datos se obtuvieron a través de la Unidad de Zoonosis y Vectores, División de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública. El hecho de que la notificación de mordeduras, en todos los servicios de salud (públicos y privados) sea obligatoria en Uruguay, aseguró la integralidad de los datos. 

 

Entre 2010 y 2020, Uruguay registró 31,634 mordeduras de perro, con una tasa anual de 87.51 lesiones por cada 100,000 personas. 

 

 

Edad y sexo de la víctima.

 

En lo que se refiere al sexo de la víctima, los datos mostraron un mayor número de mordeduras en hombres (51.8%) que en mujeres (48.2%). Por otra parte, la edad media de las lesiones fue significativamente menor en hombres (media de edad de 23 años) en comparación con mujeres (media de edad de 33 años). 

 

Estos datos resultan de interés ya que parecen indicar que hay una relación entre edad y sexo. Los hombres menores de 15 años tienen más posibilidad de ser mordidos (lo que coincide con otros estudios) y, por su parte, en el caso de las mujeres, es la franja de edad de 50 a 54 la que presenta un mayor riesgo. 

 

 

Influencia de la estación del año.

 

La proporción de mordeduras varió según la estación del año, siendo más frecuentes en primavera y verano, y menos comunes en invierno. No se observaron diferencias significativas entre hombres y mujeres en relación con las estaciones del año.

 

 

La Pandemia del COVID-19.

 

En el año de la pandemia (2020), el número de mordeduras de perro fue similar a los años anteriores. Sin embargo, algunos datos se modificaron de manera sorprendente. Para empezar, en lo que se refiere al sexo de las víctimas. El predominio de hombres sobre mujeres en los años previos a la pandemia (52% vs. 48%) se invirtió en el año de la pandemia (49.5% vs. 50.5%).

 

 

En definitiva, el trabajo del Dr. Román y sus colaboradores, supone una interesante mirada al problema de las mordeduras, al comparar datos de la vida normalizada (dónde una gran parte de la vida se hace en el exterior de los domicilios) con una realidad tan diferente como la que nos trajo la pandemia del COVID-19. 

 

La variabilidad observada en esa comparativa y, a la vez, la variabilidad existente entre los diferentes países pone encima de la mesa la necesidad de abordar esta problemática desde una perspectiva más global, considerando las diferencias culturales, sociales y económicas.

 

 

 

Hallazgos Clave:

 

1. Prevalencia Moderada: Uruguay presenta una tasa anual de mordeduras de perro de 87.51 por cada 100,000 habitantes, situándose en un nivel intermedio a nivel mundial.

 

2. Niños Vulnerables: Los menores de 14 años son el grupo más afectado, destacando la necesidad de programas educativos para mejorar la comprensión infantil del comportamiento canino.

 

3. Diferencias de Género y Edad: Los hombres son más propensos a ser mordidos, especialmente en edades más jóvenes. Esta tendencia se invierte en edades avanzadas, revelando patrones interesantes.

 

4. Estacionalidad: Las mordeduras son más frecuentes en primavera y verano, coincidiendo con actividades al aire libre y vacaciones.

 

5. Impacto de la Pandemia: Aunque el número total de mordeduras no aumentó durante el primer año de la pandemia de COVID-19, hubo cambios en la prevalencia por sexo y edad, destacando la influencia de factores contextuales.

 

 

 

Implicaciones y Recomendaciones:

 

En resumen, las estrategias de prevención en Uruguay deberían incluir programas educativos para niños, campañas de concientización sobre el comportamiento canino, legislación para garantizar la supervisión adecuada y tenencia responsable de perros, así como la socialización temprana y el entrenamiento de obediencia. 

 

Estas estrategias, en línea con el enfoque de 'Una Salud', enfatizan la colaboración entre profesionales de la salud y veterinarios para abordar este importante problema de salud pública.

 

 

 

Fuente:  

Román, J., Willat, G., Piaggio, J., Correa, M. T. y Damián, J. P. (2023). Epidemiology of dog bites to people in Uruguay (2010–2020). Veterinary medicine and science, 9(5), 2032-2037. doi.org/10.1002/vms3.1242

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